La difteria es una enfermedad infecto-contagiosa aguda y grave, causada por una toxina producida por la bacteria “Corynebacterium diphtheriae”.
Esta llega a las mucosas de las vías respiratorias y digestivas superiores donde produce una gran inflamación, formándose unas gruesas membranas grisáceas que se adhieren fuertemente a sus paredes, pudiendo sangrar si se intentan despegar, y que pueden obstaculizar el paso del aire (la respiración) causando incluso la asfixia del enfermo.
También se puede producir diseminación de dicha toxina a la sangre alcanzando y dañando diversos órganos como el corazón, riñones y fibras nerviosas.
Con un periodo de incubación de entre 2 a 5 días, afecta sobre todo a los niños menores de 5 años y adultos mayores de 60 años.
Se transmite por medio del contacto directo, a través de estornudos, garganta, piel, ojos o cualquier otro tipo de secreción de las personas infectadas. Una persona infectada puede transmitir la enfermedad hasta 2-4 semanas después de haberse contagiado.
A principios del siglo XX constituía la décima causa de muerte en el mundo, sin embargo, su incidencia ha ido disminuyendo progresivamente tras la introducción de una vacuna en la década de los 40. Como siempre, los más afectados son los países subdesarrollados con escaso nivel de condiciones higiénicas.
- Fiebre
- Escalofríos
- Malestar general
- Secreción nasal acuosa o sanguinolenta
- Tono azulado de la piel
- Dolor de garganta y dolor al tragar (disfagia y odinofagia)
- Tos perruna
- Ronquera
- Dificultad para respirar (estridor)
- Babeo
- Aumento de la secreción nasal
- Adenopatías (Inflamación de los ganglios del cuello)
Existe una forma cutánea típica de países tropicales que presentan lesiones inflamatorias, enrojecidas, dolorosas y con presencia de úlceras cubiertas por una membrana grisácea.
Con una buena anamnesis y exploración física, viendo a un niño con dolor de garganta, fiebre y que tiene una membrana gris sobre las amígdalas, se puede hacer el diagnóstico.
Los exámenes empleados pueden incluir:
- Tinción de Gram o cultivo de exudado faríngeo para identificar la bacteria
- Detectar la presencia de la toxina producida por la bacteria
- Electrocardiograma (ECG)
Este debe realizarse con la mayor celeridad posible, con ingreso y aislamiento hospitalario, por ser una enfermedad altamente contagiosa. Si el estado del paciente es muy grave puede requerir su ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos.
- Antitoxina: intravenosa o intramuscular. El objetivo es neutralizar la toxina diftérica que circula por la sangre (hay que asegurarse primero de que no exista alergia a la misma).
- Antibióticos: Para eliminar las bacterias presentes en el cuerpo y que se siga produciendo toxina, disminuyendo así las posibilidades de que el paciente contagie a otras personas. Los antibióticos más empleados son la penicilina o la eritromicina.
Los portadores asintomáticos también deben recibir tratamiento antibiótico.
La vacuna contra la difteria combina con las vacunas contra el tétanos y la tos ferina (tres-en-uno). La última versión de esta vacuna es conocida como la vacuna DTaP para niños y la vacuna Tdap para adolescentes y adultos.
Calendario:
2 meses
4 meses
6 meses
12 a 18 meses
4 a 6 años
Recuerdos cada 10 años
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