Ensaladas, ¿Un plato ligero?


Algunos ingredientes y aderezos convierten una opción ligera en un plato altamente calórico


   Foto: httpfondos.depantalla.comcomidaa


A pesar de que nuestro refranero asegura que “ensalada y agua bendita, poquita”, lo cierto es que las ensaladas cada día adquieren un mayor protagonismo en nuestra dieta.

Aunque se trata principalmente de un plato frío con vegetales crudos, limpios y cortados aderezados fundamentalmente con sal, aceite de oliva, y vinagre, admite las mezclas más insospechadas de sabores, texturas y colores, ya sea, quesos grasos, pollo, bacon, frutos secos, cebolla frita, fruta, aguacate, huevo duro, atún, etc.…

En realidad, las ensaladas ofrecen un verdadero campo abierto a la creatividad y en nuestro afán de elaborar un plato único y sabroso convertimos una alternativa sana en algo altamente calórico y con más grasas que un chuletón.

Otro de los errores que solemos cometer es pasarnos de cantidad «Como es plato único, hay gente que utiliza una ensaladera familiar para una sola persona. Con un plato hondo de tamaño normal lleno de vegetales hasta arriba es suficiente», explica a ABC Elena Pérez Montero, nutricionista del Hospital Universitario Quirón Madrid. Si la queremos de guarnición, será suficiente con la mitad de un plato llano.

Incluir una ensalada en nuestra dieta diaria, ya sea como plato principal o como acompañamiento de otros platos, es una buena manera de aumentar la ingesta de vegetales. Tenga en cuenta que, según un reciente estudio de la Universidad de California, publicado en «Journal of Epidemiology and Community Health», comer siete piezas de verduras y frutas al día reduce el riesgo de muerte a cualquier edad en más de un 40%. Además, al comerlos frescos, «aprovechamos mejor sus vitaminas y minerales», añade la nutricionista.

Para convertirla en un plato completo podemos aumentar la proporción de carbohidratos añadiendo algo de pasta, arroz o patata; la grasa queda cubierta con el aceite de oliva, que es cardiosaludable, y las proteínas en forma de pescado, carnes magras, frutos secos, huevo duro, queso fresco, etc. Pero controlando las cantidades. Por ejemplo, con el aceite de oliva, especialmente cuando añadimos pescados en conserva que ya lo incorporan, o aceitunas y aguacate, ricos en ácido oléico. «Lo justo son cinco gramos de aceite (una cuchara de postre) para una ración de ensalada», apunta la doctora Carmen Gómez Candela, jefa del Servicio de Nutrición del Hospital Universitario La Paz. Piense que una cucharada sopera de aceite de oliva son unas 90 calorías y que lo recomendable es no pasarse de cuatro al día.


Salsas con grasas y azúcares

Además del tradicional aceite y vinagre, ahora podemos encontrar en el supermercado gran variedad de aderezos. Pero, cuidado, además de las calorías, muchos aderezos contienen sodio y azúcar. Si quieres comer una ensalada sana, lo mejor es que prepares un aderezo casero, aconseja la doctora Gómez Candela. Para ello, puede utilizar condimentos ligeros que dan sabor y no tienen apenas calorías como las especias, las hierbas, el yogur o el vinagre.


Noticia extraída de ABC salud
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