Síndrome de Asperger

El Síndrome de Asperger, o AS por sus siglas en inglés, debe su nombre a Hans Asperger, un pediatra austríaco que en 1944 describió por primera vez una serie de patrones de comportamiento que había observado en algunos de sus pacientes. 

Asperger advirtió que aquellos pacientes, a pesar de presentar una inteligencia y un desarrollo del lenguaje normales, tenían dificultades para desarrollar habilidades sociales, no sabían comunicarse eficazmente con los demás y presentaban problemas de coordinación.


El Síndrome de Asperger (AS) es un trastorno severo del desarrollo, que conlleva una alteración en el procesamiento de la información. 

El individuo afectado tiene un aspecto e inteligencia normal o incluso superior a la media pero presenta un estilo cognitivo particular. 

Se manifiesta de diferente forma en cada individuo, sin embargo, todos tienen en común las dificultades para la interacción social, alteraciones de los patrones de comunicación no-verbal, inflexibilidad cognitiva y dificultades para la abstracción de conceptos. En la mayoría de los casos presentan dificultades en la coordinación motora.

Es un trastorno muy frecuente, se estima que de 3 a 7 por cada 1000 nacidos vivos podrían padecerlo, presentando mayor incidencia en niños que niñas. Se encuadra dentro de los Trastornos del Espectro Autista (TEA), aunque con la diferencia de que en él no hay una demora notable en el desarrollo cognitivo o del lenguaje. 


Supone una discapacidad para entender el mundo de lo social, que da origen a comportamientos sociales inadecuados proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas en todos los ámbitos.



La causa exacta del síndrome se desconoce aunque parece haber una base genética. Contrariamente a lo que algunos piensan este trastorno no está provocado por carencias emocionales ni por el tipo de educación recibida. Se trata de una alteración neurobiológica cuyas causas, todavía no se acaban de entender por completo.


  • Dificultad para relacionarse con los demás; las personas con Síndrome de Asperger no se aíslan del mundo de la manera en que lo hacen las personas con un trastorno autista, sino que con frecuencia se acercarán a otras personas, experimentando entonces dificultades en los elementos básicos de interacción social, como desarrollar una amistad o buscar intereses comunes con otros.
  • Dificultad para entender el lenguaje no verbal, presentan comportamientos no verbales atípicos, tienen problemas con el contacto visual, las expresiones faciales, las posturas del cuerpo o los gestos.
  • Ingenuo y crédulo; interpretan los mensajes literalmente, no entienden bromas ni metáforas.
  • Carecen de empatía, no expresan placer por la felicidad de otras personas.
  • Uso atípico del lenguaje; presentan dificultades para mantener el ritmo de la conversación, esto puede incluir verborrea, utilización de tono pedante o extremadamente formal, pueden entablar monólogos de sus temas de interés y no reaccionar a los comentarios o emociones de otras personas. No reconocen la necesidad de cambiar el volumen o entonación de su voz en situaciones diferentes.
  • Pueden ser estigmatizados por otros niños como “raros” o “extraños”.


  • En la mayoría de los casos torpeza motora; los niños con Síndrome de Asperger pueden presentar retrasos en el desarrollo motor, como retardo en ser capaces de montar en bicicleta, agarrar una pelota, torpeza al caminar, abrir un bote o realizar otras actividades.
  • Fijación por un tema concreto; a menudo demuestran intereses muy específicos e intensos. Las personas con Asperger tienen comportamientos y gusto por actividades muy restringidas y repetitivas. Se tornan demasiado concentradas u obsesionadas con un solo objeto o tema, ignorando todos los demás. Quieren saberlo todo sobre ese tema y, con frecuencia, hablan poco de otra cosa.
  • No son flexibles respecto a rutinas o rituales; a menudo poseen una excelente percepción visual, lo que hace que se den cuenta y se incomoden fácilmente al percibir cambios en patrones ya conocidos, no soportan el menor cambio pues esto les genera inmediatamente una ansiedad insoportable. 
  • Las conductas motrices estereotipadas y repetitivas son una parte esencial del diagnóstico de SA y otros trastornos del espectro autista. Aquí se incluyen desde algunos movimientos con las manos, como aplaudir espontáneamente, aleteos con los dedos, hasta movimientos complejos que involucran a todo el cuerpo. Estos movimientos se repiten y suceden en episodios largos, lo que los hace parecer como si fueran voluntarios, aunque no lo son.


El Síndrome de Asperger es un trastorno muy frecuente pero poco conocido entre la población general e incluso por muchos profesionales, lo que hace que sea difícil de diagnosticar.

No existen pruebas para determinarlo, por lo que a menudo el diagnóstico se basará en criterios muy específicos, a partir de un determinado manual médico. 
Lo más habitual es que tenga lugar entre los cuatro y los once años. 


Se requiere una evaluación completa, a realizar por un equipo multidisciplinario de expertos en el diagnóstico de niños con Síndrome de Asperger; un psicólogo, un neurólogo, un psiquiatra, un logopeda y otros profesionales observaran al niño en diferentes escenarios, que incluye además la evaluación neurológica y genética, así como pruebas para la cognición, la función psicomotriz, las fortalezas y debilidades verbales y no verbales, el estilo de aprendizaje y las habilidades para la vida independiente. 



No existe un tratamiento único que sea el mejor para todos los niños con Síndrome de Asperger. Las terapias que se emplean son conductuales, y se enfocan en los déficits específicos que presente cada paciente.

Medicamentos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, antipsicóticos y estimulantes pueden usarse para tratar los problemas de ansiedad, depresión, falta de atención y agresión.

La mayoría de los niños afectados con este síndrome pueden vivir como cualquier otra persona, ya que no necesariamente padecen una discapacidad que deba ser tratada  o curada, sino que puede que sean simplemente personas diferentes, que solo necesiten apoyo psicológico y una mayor concienciación social por parte de los supuestamente “normales”.

A pesar de que no fue hasta 1981 cuando se utilizó por primera vez la palabra asperger para definir este trastorno, se cree que han sido muchos los personajes históricos que lo han padecido, entre ellos Albert Einstein, Isaac Newton o Beethoven.

Un ejemplo televisivo del comportamiento de una persona con el Síndrome de Asperger es el representado por el carismático Sheldon Cooper de la popular serie “The Big Bang Theory”.

















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