La Acalasia es una enfermedad rara del tubo digestivo a nivel del esófago, que se caracteriza por la dificultad del tránsito de alimentos hacia el estómago. El movimiento normal de peristaltismo del esófago se encuentra reducido, junto con la incapacidad de relajación del esfínter esofágico inferior (llamado cardias).
La etiología real de la enfermedad no se conoce bien, pero lo que si sabemos es que existe una falta de estimulación nerviosa al esófago, bien por daños en las fibras nerviosas que lo inervan o por infecciones (parásitos - Enfermedad de Chagas), cáncer esofágico e incluso factores hereditarios, aunque más raros.
Afecta por igual a ambos sexos y a cualquier edad, sin embargo es más frecuente en adultos de mediana edad. Su incidencia en países desarrollados oscila entre 0.5 a 1 por 100.000 habitantes.
SÍNTOMAS:
DIAGNÓSTICO:
El examen físico puede mostrar signos de desnutrición.
Entre las pruebas diagnósticas destacan:
Manometría esofágica, que mide las presiones del esófago mediante una sonda nasoesofágica y permite comparar las presiones en situación basal y durante la deglución.
Esofagograma que puede mostrar la disminución de peristalsis, la dilatación del esófago proximal y el estrechamiento del esófago en su parte inferior.
Endoscopia digestiva alta.
TRATAMIENTO:
No existe por el momento ningún tipo de tratamiento capaz de devolver la función del esófago a la normalidad.
Los actuales son paliativos y dirigidos a debilitar el esfínter inferior del esófago para aliviar la disfagia, sin que ello favorezca el reflujo gastroesofágico.
Las complicaciones de la pérdida del esfínter esofágico pueden abarcar:
La etiología real de la enfermedad no se conoce bien, pero lo que si sabemos es que existe una falta de estimulación nerviosa al esófago, bien por daños en las fibras nerviosas que lo inervan o por infecciones (parásitos - Enfermedad de Chagas), cáncer esofágico e incluso factores hereditarios, aunque más raros.
Afecta por igual a ambos sexos y a cualquier edad, sin embargo es más frecuente en adultos de mediana edad. Su incidencia en países desarrollados oscila entre 0.5 a 1 por 100.000 habitantes.
SÍNTOMAS:
- Dolor retroesternal, que puede incrementarse después de comer o puede sentirse en la espalda, el cuello y los brazos
- Disfagia esofágica (dificultad al tragar porque el alimento se "atasca")
- Regurgitación del alimento en fases avanzadas
- Pérdida de peso
- Tos
- Acidez gástrica
DIAGNÓSTICO:
El examen físico puede mostrar signos de desnutrición.
Entre las pruebas diagnósticas destacan:
Manometría esofágica, que mide las presiones del esófago mediante una sonda nasoesofágica y permite comparar las presiones en situación basal y durante la deglución.
Esofagograma que puede mostrar la disminución de peristalsis, la dilatación del esófago proximal y el estrechamiento del esófago en su parte inferior.
Endoscopia digestiva alta.
TRATAMIENTO:
No existe por el momento ningún tipo de tratamiento capaz de devolver la función del esófago a la normalidad.
Los actuales son paliativos y dirigidos a debilitar el esfínter inferior del esófago para aliviar la disfagia, sin que ello favorezca el reflujo gastroesofágico.
- Inyección con toxina botulínica, que puede ayudar a relajar los músculos del esfínter, siendo una solución temporal cuyo efecto desaparece en cuestión de semanas o meses.
- Medicamentos como los nitratos de acción prolongada o los bloqueadores de los canales de calcio, que se pueden emplear para relajar el esfínter esofágico inferior.
- Dilatación con balón de la zona de estrechamiento.
Cirugía (esofagomiotomía).
- Reflujo de ácido o alimento del estómago hacia el esófago.
- Broncoaspiración de los alimentos, causando neumonías.
- Ruptura (perforación) del esófago.
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