Severo Ochoa de Albornoz
(1905-1993).
Bioquímico y biólogo molecular
español, nacionalizado estadounidense (1956).
Nació el 24 de septiembre de 1905
en Luarca, Asturias, en el seno de una acomodada y prestigiosa familia de la
villa asturiana, era el menor de siete hermanos.
Sus padres fueron el abogado Severo Manuel Ochoa y
Carmen de Albornoz (hermana de Álvaro de Albornoz, político que entre 1945 y 1946
ocupó la presidencia del Gobierno republicano en el exilio).
En
1912, tras
la muerte de su padre, se traslada con su madre a vivir a Málaga, donde
estudia enseñanza primaria y bachillerato.
Desde temprana edad muestra gran
interés por la biología, debido en gran parte, a la lectura de los trabajos
publicados por el neurólogo español Santiago Ramón y Cajal. Dicho interés le
lleva a estudiar medicina, licenciándose en 1929 por la Universidad Complutense
de Madrid, aunque nunca llega a ejercer como médico.
Obtuvo varias becas para ampliar
sus estudios en las universidades de Glasgow, Berlín y Londres y es invitado a
trabajar en el laboratorio de Otto Meyerhof, en el Kaiser Wilhelm Institut für Medizinische Forschung, en
Heidelberg (Alemania). Durante este periodo trabajó, en la bioquímica y
fisiología del músculo con grandes científicos, entre los que se encontraba el
mismísimo Meyerhof, que en 1922 había recibido el nobel de medicina.
En 1931 es nombrado profesor
ayudante de fisiología y bioquímica de la Facultad de Medicina de Madrid, cargo
que ocupa hasta 1935.
1932 es el año en que realiza los
primeros estudios importantes sobre enzimología en el National
Institute for Medical Research de Londres. En
1935, el profesor Carlos Jiménez Díaz lo invita a asumir la dirección del
departamento de fisiología del Instituto de Investigaciones Médicas de la Ciudad
Universitaria de Madrid.
Con el
estallido de la Guerra Civil española, Ochoa busca mejores lugares para
continuar con sus investigaciones, así en septiembre de 1936 se traslada a
Alemania, donde es designado asistente de investigación invitado en el laboratorio
de Meyerhof, en Heidelberg, donde realiza estudios sobre enzimas.
En 1937,
ante el poder que iba adquiriendo el partido nazi, se marcha a Reino Unido para
trabajar en el laboratorio biológico de la Marina Británica y en el laboratorio
de Rudolph Peters de la Universidad de Oxford.
A causa
de la Segunda Guerra Mundial, emigra a Estados Unidos en 1941, donde empieza a
trabajar en el Departamento de Farmacología de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Washington, en Sant Louis, realizando interesantes estudios
enzimológicos con los investigadores Carl y Gerty Cori.
En 1942
pasa a trabajar en la Universidad de Nueva York, primero como investigador
asociado en la Facultad de Medicina y, a partir de 1945, como profesor
asistente de bioquímica, de 1946 a 1954 es profesor y director del departamento
de farmacología de dicha Facultad y desde 1954 hasta su jubilación profesor de
bioquímica y jefe del departamento de bioquímica.
Durante
esta época lleva a cabo investigaciones sobre bioquímica y farmacología,
descubriendo en 1955 una enzima, con la que consigue sintetizar por primera vez el ácido ribonucleico (ARN) en el
laboratorio.
Un año
más tarde, el bioquímico norteamericano Arthur Kornberg, discípulo de Ochoa,
demuestra que la síntesis de ADN también requiere otra enzima polimerasa,
específica para esta cadena. Por sus
descubrimientos, Ochoa y Kornberg obtuvieron el Premio Nobel de Fisiología y
Medicina en 1959.
Estos
extraordinarios hallazgos han sido esenciales para el proceso de desciframiento
del código genético.
En 1971
es nombrado director del laboratorio de biología molecular de la Universidad
Autónoma de Madrid y en 1985 se traslada definitivamente a España.
Severo Ochoa falleció el 1 de
noviembre de 1993 en Madrid.
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