¿PUEDE DESAPRENDERSE LA INDEFENSIÓN APRENDIDA? LA CURA
Como citaba Mila Jovovich en Resident Evil parte I: “Chicos el proceso del virus se puede invertir, hay un antídoto… ¡Existe cura!”
La estructura cerebral que se relaciona con el aprendizaje es el hipocampo, de ahí que diversos estudios hayan demostrado que ciertas condiciones ambientales, conductuales y farmacológicas promueven y/o detienen la proliferación celular y la neurogénesis en dicha estructura. Así se ha observado en diversos experimentos que en condiciones de estrés ambiental se produce un bloqueo en la proliferación celular y en la neurogénesis, surge así la IA por la percepción de ausencia de control sobre el resultado de una situación como bien pudieron demostrar los investigadores.
La clave está en cómo nos explicamos a nosotros mismos por qué suceden las cosas, es decir, el optimismo o pesimismo se atribuyen al aprendizaje y a la experiencia de acontecimientos pasados. Por tanto, uno de los primeros pasos es ser conscientes de cómo nuestra voluntad está siendo mitigada por este síndrome, volviendo a recuperar la confianza en nuestras capacidades, convenciéndonos de que nos podemos valer por nosotros mismos con nuestros propios recursos, creyendo en nosotros mismos, creer que podemos, pues el poder de la mente es ilimitado. Si en un principio, por nosotros mismos nos cuesta desaprender la indefensión aprendida, siempre podemos pedir ayuda a miembros de la familia, que son los seres queridos que suelen quedar cuando padeces este síndrome o a un profesional que trabajará contigo para mejorar tu autoestima.
SÍ, LA CURA ES EL OPTIMISMO.
Seligman propuso un método para el optimismo que consiste en detectar y luego rebatir los pensamientos pesimistas basado en el modelo de estilo atributivo y aplicando las técnicas de la terapia cognitiva.
Irene Villa; psicóloga, periodista, escritora y esquiadora paralímpica, que fue víctima de un atentado terrorista en el año 1991, explica en su blog: “En mi trabajo de “coaching” empleo las herramientas para reforzar el espíritu y superar lo negativo; la psicología positiva, esfuerzo para no rendirse y creer en uno mismo”.
Es curioso, ocurre que si creemos que podemos, podemos y si creemos que no podemos estamos también en lo cierto. Tú decides en lo que quieres que trabajen tus fuerzas.
Aunque los investigadores hacen especial hincapié en que la PREVENCIÓN es la cura (según el experimento que tratamos anteriormente) hemos visto como la IA puede prevenirse mediante un procedimiento de inmunización, en la que los sujetos son expuestos previamente a una situación controlable (Seligman y Maier, 1967; Jones, y cols., 1977; Prindaville y Stein, 1978; Maldonado, Ramirez y Martos, 1992).
La Indefensión Aprendida puede prevenirse si el sujeto domina los acontecimientos antes de ser expuesto a su incontrolabilidad. Las historias de los individuos que son especialmente resistentes a la depresión o que se recuperan de ella quizás se hayan caracterizado por el dominio sobre los acontecimientos; probablemente estas personas hayan tenido a lo largo de su vida una amplia experiencia de control y manipulación de las fuentes de reforzamiento. Las personas especialmente susceptibles a la depresión quizás hayan tenido una vida relativamente desprovista de dominio sobre su ambiente y sus vidas han estado jalonadas de situaciones en las que se vieron impotentes para influir en sus fuentes de alivio y sufrimiento.
Por tanto, hay que prestar especial atención y cuidado en la enseñanza, y ya desde los primeros años dar las herramientas a los más pequeños para reconocerla y evitarla. Para esto es necesario que ofrezcamos mensajes optimistas que refuercen su concepto de control sobre los acontecimientos y herramientas para enfrentarse al fracaso, con el objetivo de que pierdan el miedo a intentarlo de nuevo una y mil veces.
Para terminar, cabe remarcar la relación directa entre la felicidad/desesperanza y control de situaciones por medio de respuestas voluntarias. Es imprescindible haber entendido que somos o tenemos que ser responsables, en cada situación, de nosotros mismos y de nuestros resultados a través de nuestras respuestas voluntarias o acciones, pues todos seremos libres y por tanto felices en la medida en que tomemos nuestras propias decisiones y controlemos toda situación que se nos presente.
Como citaba Mila Jovovich en Resident Evil parte I: “Chicos el proceso del virus se puede invertir, hay un antídoto… ¡Existe cura!”
La estructura cerebral que se relaciona con el aprendizaje es el hipocampo, de ahí que diversos estudios hayan demostrado que ciertas condiciones ambientales, conductuales y farmacológicas promueven y/o detienen la proliferación celular y la neurogénesis en dicha estructura. Así se ha observado en diversos experimentos que en condiciones de estrés ambiental se produce un bloqueo en la proliferación celular y en la neurogénesis, surge así la IA por la percepción de ausencia de control sobre el resultado de una situación como bien pudieron demostrar los investigadores.
La clave está en cómo nos explicamos a nosotros mismos por qué suceden las cosas, es decir, el optimismo o pesimismo se atribuyen al aprendizaje y a la experiencia de acontecimientos pasados. Por tanto, uno de los primeros pasos es ser conscientes de cómo nuestra voluntad está siendo mitigada por este síndrome, volviendo a recuperar la confianza en nuestras capacidades, convenciéndonos de que nos podemos valer por nosotros mismos con nuestros propios recursos, creyendo en nosotros mismos, creer que podemos, pues el poder de la mente es ilimitado. Si en un principio, por nosotros mismos nos cuesta desaprender la indefensión aprendida, siempre podemos pedir ayuda a miembros de la familia, que son los seres queridos que suelen quedar cuando padeces este síndrome o a un profesional que trabajará contigo para mejorar tu autoestima.
SÍ, LA CURA ES EL OPTIMISMO.
Seligman propuso un método para el optimismo que consiste en detectar y luego rebatir los pensamientos pesimistas basado en el modelo de estilo atributivo y aplicando las técnicas de la terapia cognitiva.
Irene Villa; psicóloga, periodista, escritora y esquiadora paralímpica, que fue víctima de un atentado terrorista en el año 1991, explica en su blog: “En mi trabajo de “coaching” empleo las herramientas para reforzar el espíritu y superar lo negativo; la psicología positiva, esfuerzo para no rendirse y creer en uno mismo”.
Es curioso, ocurre que si creemos que podemos, podemos y si creemos que no podemos estamos también en lo cierto. Tú decides en lo que quieres que trabajen tus fuerzas.
Aunque los investigadores hacen especial hincapié en que la PREVENCIÓN es la cura (según el experimento que tratamos anteriormente) hemos visto como la IA puede prevenirse mediante un procedimiento de inmunización, en la que los sujetos son expuestos previamente a una situación controlable (Seligman y Maier, 1967; Jones, y cols., 1977; Prindaville y Stein, 1978; Maldonado, Ramirez y Martos, 1992).
La Indefensión Aprendida puede prevenirse si el sujeto domina los acontecimientos antes de ser expuesto a su incontrolabilidad. Las historias de los individuos que son especialmente resistentes a la depresión o que se recuperan de ella quizás se hayan caracterizado por el dominio sobre los acontecimientos; probablemente estas personas hayan tenido a lo largo de su vida una amplia experiencia de control y manipulación de las fuentes de reforzamiento. Las personas especialmente susceptibles a la depresión quizás hayan tenido una vida relativamente desprovista de dominio sobre su ambiente y sus vidas han estado jalonadas de situaciones en las que se vieron impotentes para influir en sus fuentes de alivio y sufrimiento.
Por tanto, hay que prestar especial atención y cuidado en la enseñanza, y ya desde los primeros años dar las herramientas a los más pequeños para reconocerla y evitarla. Para esto es necesario que ofrezcamos mensajes optimistas que refuercen su concepto de control sobre los acontecimientos y herramientas para enfrentarse al fracaso, con el objetivo de que pierdan el miedo a intentarlo de nuevo una y mil veces.
Para terminar, cabe remarcar la relación directa entre la felicidad/desesperanza y control de situaciones por medio de respuestas voluntarias. Es imprescindible haber entendido que somos o tenemos que ser responsables, en cada situación, de nosotros mismos y de nuestros resultados a través de nuestras respuestas voluntarias o acciones, pues todos seremos libres y por tanto felices en la medida en que tomemos nuestras propias decisiones y controlemos toda situación que se nos presente.
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