Enfermedad Inflamatoria Intestinal: Colitis Ulcerosa

La Colitis Ulcerosa es una enfermedad crónica que provoca inflamación en el intestino grueso (colon) y recto. Se engloba dentro de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, que comprende otros cuadros como la Enfermedad de Crohn, de la que hablaremos en otro capítulo. La enfermedad se produce en forma de brotes seguidos de periodos asintomáticos.

Algunos estudios la consideran una enfermedad autoinmune, originada por anticuerpos propios que reaccionan contra nosotros mismos, aunque su causa exacta aún se desconoce.


Típicamente se presenta antes de los 40 años, aunque hay descritos casos de afectación más tardía. A día de hoy no existe cura (exceptuando la extirpación del colon, lo cual no consideramos como una cura).

En España existen unos 5-10 casos por cada 100.000 habitantes y es más frecuente entre individuos de ascendencia judía.




Afecta solamente al revestimiento interior del intestino grueso (colon) y el recto. Se produce sólo a través de tramos continuos del colon, a diferencia de la enfermedad de Crohn, que se produce en cualquier parte del tracto digestivo y a menudo se extiende profundamente en los tejidos afectados.

Existe un riesgo aumentado de padecer cáncer de colon entre los afectados, que crece exponencialmente a partir de los 10 años del diagnóstico. Por esto es importante su diagnóstico precoz y el seguimiento endoscópico anual a partir de los 10 años del diagnóstico inicial.


SÍNTOMAS:
  • Dolor abdominal y cólicos
  • Sonido de gorgoteo o chapoteo que se escucha sobre el intestino
  • Sangre y pus en las heces
  • Diarrea
  • Fiebre
  • Sensación de que necesita evacuar las heces, aunque ya se haya defecado
  • Pérdida de peso
  • Ralentización del crecimiento en edades tempranas
  • Dolor e hinchazón articular
  • Llagas (úlceras) bucales
  • Náuseas y vómitos
  • Protuberancias o úlceras en la piel


DIAGNÓSTICO:

La Colonoscopia, es la técnica de elección para el diagnóstico de la colitis ulcerosa, ya que, permite visualizar toda la mucosa del colon, así como la toma de muestras.


Radiografía simple: Aunque no es de mucha utilidad (casos de perforación).

Gastroscopia: Se recomienda realizarla en casos en los que existan síntomas que sugieran patología gástrica.

Enterosocopia con cápsula: Útil en los casos de difícil diagnóstico sobre todo para descartar otras patologías como la colitis indeterminada.

El TC y la RNM son técnicas que aportan poco comparadas con la colonoscopia.



TRATAMIENTO:

Recomendaciones nutricionales

Dependerá de la gravedad del brote:

LEVE: sólo se afecta el recto. En este caso se utilizarán unos fármacos llamados aminosalicilatos (como la sulfasalazina o la mesalazina). Se pueden dar en forma de supositorios o de espuma a través del ano.

MODERADO: no se controla con aminosalicilatos y será necesario añadir corticoides al tratamiento. Casi siempre requiere ingreso hospitalario.

SEVERO: cuando los brotes son tan graves que suponen una amenaza vital, se comienza a tratar directamente con corticoides endovenosos. Se pueden usar fármacos inmunosupresores como la ciclosporina y el infliximab.

CIRUGÍA:
Se recurrirá a la cirugía cuando las alternativas de tratamiento médico hayan fracasado, en casos de degeneración maligna celular (cáncer) o en casos de extrema gravedad como en la perforación del colon, megacolon tóxico, hemorragias colónicas masivas, etc.

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