- Prevenir los brotes.
- Tratar los brotes cuando ocurren.
- Reducir en lo posible el daño a los órganos.
El lupus se encuadra dentro de las llamadas enfermedades autoinmunes, es decir, una alteración del sistema defensivo del organismo que se descontrola y empieza a atacar células y tejidos propios. Es una enfermedad reumática, sistémica y crónica que afecta a las articulaciones, piel, riñones, corazón, pulmones, vasos sanguíneos y cerebro entre otros. Afecta sobre todo a mujeres entre 20 y 40 años.
Los brotes de lupus varían de leves a graves. La mayoría de los pacientes tienen momentos en que la enfermedad está activa, seguidos de periodos en que remite.
Su causa se desconoce. Las investigaciones demuestran que los genes juegan un papel importante influidos por factores externos desencadenantes.
Existen varios tipos de lupus. El más común y grave es el lupus eritematoso sistémico "LES", afectando a muchas partes del cuerpo, se le conoce como "el gran imitador" porqué debido a su gran variedad de síntomas, a menudo se confunde con otros problemas de salud.
Otros tipos de lupus son el Lupus eritematoso discoide "LED" que afecta principalmente a la piel produciendo el típico eritema en "alas de mariposa", Lupus eritematoso cutáneo subagudo ante la exposición al sol, Lupus secundario, causado por algunos medicamentos y Lupus neonatal, un tipo raro de lupus que afecta a recién nacidos.
Hay muchos motivos para la esperanza, gracias a la mejora en el tratamiento que ha optimizado notablemente la calidad de vida de estos pacientes, incrementado su longevidad.
- Síntomas generales: fiebre, astenia, fatiga, pérdida de apetito y peso, fenómenos tromboembólicos y pérdida del cabello. También ardor o dolor de estómago, frialdad de extremidades, abortos espontáneos en embarazadas.
- Erupciones cutáneas: Erupción con forma de mariposa en las mejillas (eritema malar). Erupción de color rojo en zonas prominentes. Reacciones excesivas a la exposición solar.
- Llagas en la boca
- Artritis y mialgias: rigidez articular matutina.
- Pleuritis o pericarditis
- Disfunción renal
- Síntomas neurológicos: convulsiones, derrames cerebrales o psicosis.
- Alteraciones hemáticas: anemia o plaquetopenia.
A día de hoy, no existe una prueba específica para diagnosticar el lupus. Obtener un diagnóstico puede ser difícil y lo primero que se debe realizar es:
- Anamnesis y exploración física.
- Exámenes de laboratorio.
- Biopsia cutánea.
- Biopsia renal.
Para el diagnóstico nos basaremos en 11 criterios de los cuales se requerirán obligatoriamente la presencia de 4 o más.
(Estos criterios fueron publicados en 1982 por el comité de criterios diagnósticos y terapéuticos del American College of Rheumatology (ACR), y fueron revisados en 1992).
1.-Erupción malar: Eritema fijo, plano o alto, sobre las eminencias malares, que no suele afectar los surcos nasogenianos.
2.-Erupción discoide: Placas eritematosas altas, con descamación queratósica adherente y tapones foliculares; puede haber cicatrices atróficas en las lesiones más antiguas.
3.-Fotosensibilidad: Erupción cutánea a la exposición solar.
4.-Úlceras bucales: Ulceración nasofaríngea, casi siempre indolora.
5.-Artritis: Artritis no erosiva que afecta dos o más articulaciones periféricas, caracterizada por dolor a la palpación, tumefacción o derrame.
6.-Serositis: Pleuritis o Pericarditis.
7.-Alteraciones renales: Proteinuria persistente mayor a 0,5g /día.
8.-Alteraciones neurológicas: Convulsiones o Psicosis.
9.-Alteración hematológica: Anemia hemolítica, leucopenia, y trombocitopenia.
10.-Trastornos inmunológicos: Células LE positivas, anticuerpos anti DNA nativo, anticuerpos anti Sm o pruebas serológicas falsas positivas para sífilis por lo menos 6 meses consecutivos confirmadas por: inmovilización Treponema; FTA abs.
11.-Anticuerpos antinucleares: Un título anormal de ANA por inmunofluorescencia o análisis equivalente en cualquier momento y en ausencia de medicamentos relacionados con el síndrome de lupus de origen farmacológico.
De momento no existe cura, aunque el tratamiento ha mejorado mucho encaminandose a:
Antiinflamatorios no esteroides (AINEs).
Disminuyen el dolor la inflamación y la fiebre. Entre los más conocidos están el ibuprofeno y naproxeno, pueden causar efectos secundarios graves, como sangrado en el estómago o daño en el riñón, es importante tomarlos en asociación con un protector gástrico.
Antipalúdicos.
Los pacientes con lupus también pueden recibir un medicamento contra la malaria como la hidroxicloroquina. Aunque estos medicamentos previenen y tratan la malaria, también ayudan a aliviar algunos síntomas del lupus.
Corticoides e inmunosupresores.
Los pacientes con formas más graves que puedan suponer un riesgo vital, necesitarán un tratamiento más agresivo que incluya corticosteroides, como la prednisona o medicamentos que supriman el sistema inmunológico (inmunosupresores) como la azatioprina, ciclofosfamida o ciclosporina.
Medicamentos biológicos.
La FDA aprobó un medicamento biológico llamado belimumab (Benlysta ®) para el tratamiento del LES de leve a moderado (gravedad media). Es el primer medicamento nuevo aprobado para el lupus desde 1955.
Tratamiento combinado.
Debemos tener en cuenta que cada tratamiento tiene sus riesgos y beneficios, y que no existe un fármaco que no tenga efectos secundarios. Cabe destacar los inmunosupresores que producen aumento del riesgo de infecciones al disminuir nuestras defensas, náuseas, vómitos, pérdida de cabello, diarrea, hipertensión arterial y osteoporosis (huesos frágiles).
Si usted está embarazada o está pensando quedar embarazada:
- En las mujeres con lupus el embarazo se considera de alto riesgo; sin embargo la mayoría de estas mujeres tienen embarazos sin complicaciones.
- Revisiones periódicas por su médico.
- Un brote puede ocurrir en cualquier momento del embarazo.
- Es importante la planificación del embarazo y el seguimiento posterior.
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