Ondas Electromagnéticas

¿SE PUEDE ESCAPAR DE LA GRAN TELA DE ARAÑA? 


Resultaría impensable que alguien te dijese que mañana mismo se lleva tu teléfono móvil, ordenador portátil o tableta, entraríamos en un estado de shock difícilmente superable. Ya no podemos imaginar nuestra vida sin estos pequeños "aparatitos", ¡pequeños sí y aparentemente inofensivos!, pero que crean grandes campos electromagnéticos (radiaciones no ionizantes) que, cuando se emiten en niveles suficientes pueden llegar a producir un daño en nuestros tejidos biológicos, según se desprende de varios estudios y reconoce la propia Unión Europea. 



Asociaciones ciudadanas y especialistas como Martin Pall (profesor de Bioquímica y Ciencias Médicas Básicas en la Universidad de Washington) reclaman cautela con las conexiones inalámbricas. Esta nueva tecnología puede estar detrás de enfermedades inexplicables entre las que se pueden enumerar  el estrés, la muerte súbita cardíaca, el debilitamiento del sistema inmunológico,  la fibromialgia que pueden ser gravemente dañinas,  especialmente para niños y embarazadas. 


Llama la atención el uso poco racional de estos dispositivos o la imprudencia al exponernos a su uso continuado, desconociendo por completo los daños que nos pueden ocasionar. 

Debido a las ventajas que nos brindan las tecnologías de la información, nos vemos sometidos constantemente a las radiaciones que emiten, pero llama más la atención si cabe, aunque esté demostrado (pese a que algunos discrepen), que pueden provocar cierta "especie de alergia" en algunas personas más sensibles.

Las ondas electromagnéticas están cada vez más presentes en las sociedades modernas. Esta electrosensibilidad o "alergia" a las ondas electromagnéticas va  en aumento y camino de convertirse en uno de los grandes males del siglo XXI, afectando a una de cada mil personas, lo que indica que no es una enfermedad considerada como rara y aún así, no se reconoce como patología. 

Para su diagnóstico se analizan de momento síntomas como irritabilidad, insomnio, mareos, cefalea, pérdida de memoria, sensación de quemazón, picores, náuseas o palpitaciones  entre otros. 

¿Qué pueden hacer los afectados para prevenir esta nueva entidad? Están claramente acorralados.

¿Cómo protegerse si las ondas nos envuelven como si de una gran tela de araña se tratara? Algunas tienen que protegerse con mantas, otras alteran su rutina por completo hasta el punto de vivir encerrados.

¿Y los demás? Como bien dice el profesor Martin Pall, no nos relajemos, pues podemos ser los siguientes. 

Tomemos algunas sencillas precauciones empezando por proteger nuestro hogar. Debemos tomar conciencia y aplicar higiene eléctrica, por ejemplo:

-  Alejar el teléfono de la cabeza al hablar.
-  Usar más el modo manos libres.
- Colocar el punto de acceso WIFI por lo menos a un  metro de los lugares donde se suele permanecer más tiempo (dormitorio, mesa, sofá o zona de ocio). 
-  Apagar los aparatos cuando no se usen.

¡Estos serían algunos consejos, ponte en marcha y pulsa off!


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