El "Síndrome de Münchhausen o trastorno fáctico", se produce cuando una persona simula de forma consciente el padecimiento de síntomas físicos o psíquicos en ausencia de una dolencia o enfermedad real. Sólo busca adoptar el "estatus de enfermo" (se inicia con un intento de llamar la atención que se cronifica con el tiempo, no buscan intentar incumplir sus obligaciones ni que se les de algún tipo de prestación social), para recibir atenciones especiales, acorde a su estado. Para ello, el paciente puede llegar a autolesionarse o ingerir sustancias tóxicas y así dar mayor apariencia de veracidad a sus síntomas simulados.
Estas personas preparan su interpretación leyendo e informándose sobre los síntomas de las distintas enfermedades y suelen mostrar una actitud combativa con el personal sanitario, discutiendo, enjuiciando sus actuaciones y por supuesto incumpliendo el tratamiento impuesto por el médico.
SÍNTOMAS:
Incluyen un amplio abanico de posibilidades, tanto como les permita su imaginación o su capacidad para estudiar libros de medicina, aunque los verdaderos síntomas son los siguientes:
Para su correcto diagnóstico y tratamiento va a ser fundamental la figura del Psiquiatra, que analizará el historial clínico del enfermo. Este reflejará continuas hospitalizaciones con cambios de síntomas de unas veces a otras.
El tratamiento va a ser complicado, ya que el paciente no aceptará que se le haya descubierto, ni tampoco que padece un trastorno psiquiátrico. No se quiere curar, sólo quiere seguir enfermo y probablemente abandone el tratamiento y acuda a otro centro médico con nuevos síntomas simulados.
Síndrome de Münchhausen por poderes:
Forma de maltrato infantil en la que uno de los padres, generalmente la madre, puede simular síntomas de enfermedad en su hijo, añadiendo sangre a su orina o heces, dejando de alimentarlo, falsificando fiebres, administrándole secretamente fármacos que le produzcan vómitos o diarreas, o empleando otros trucos como infectar las vías intravenosas para que el niño aparente o en realidad resulte enfermo.
Estos niños suelen ser hospitalizados por presentar grupos de síntomas que no encajan mucho en ninguna enfermedad conocida. La madre generalmente es muy colaboradora en el escenario del hospital y a menudo, es muy apreciada por el personal de enfermería por el cuidado que le prodiga a su hijo. Sólo busca notoriedad.
Estas personas preparan su interpretación leyendo e informándose sobre los síntomas de las distintas enfermedades y suelen mostrar una actitud combativa con el personal sanitario, discutiendo, enjuiciando sus actuaciones y por supuesto incumpliendo el tratamiento impuesto por el médico.
SÍNTOMAS:
Incluyen un amplio abanico de posibilidades, tanto como les permita su imaginación o su capacidad para estudiar libros de medicina, aunque los verdaderos síntomas son los siguientes:
- Necesidad patológica de alcanzar el estatus de enfermo, simulando distintos síntomas, autolesionándose y exigiendo que se le realicen muchas pruebas
- Autoadministración de medicamentos
- Repetidas visitas a centros de urgencias médicas
- Continuas recaídas después de una mejoría
- Continuos enfrentamientos con el personal sanitario
- Pobreza de relaciones laborales y personales con continuas bajas laborales y visitas al médico
Para su correcto diagnóstico y tratamiento va a ser fundamental la figura del Psiquiatra, que analizará el historial clínico del enfermo. Este reflejará continuas hospitalizaciones con cambios de síntomas de unas veces a otras.
El tratamiento va a ser complicado, ya que el paciente no aceptará que se le haya descubierto, ni tampoco que padece un trastorno psiquiátrico. No se quiere curar, sólo quiere seguir enfermo y probablemente abandone el tratamiento y acuda a otro centro médico con nuevos síntomas simulados.
Síndrome de Münchhausen por poderes:
Forma de maltrato infantil en la que uno de los padres, generalmente la madre, puede simular síntomas de enfermedad en su hijo, añadiendo sangre a su orina o heces, dejando de alimentarlo, falsificando fiebres, administrándole secretamente fármacos que le produzcan vómitos o diarreas, o empleando otros trucos como infectar las vías intravenosas para que el niño aparente o en realidad resulte enfermo.
Estos niños suelen ser hospitalizados por presentar grupos de síntomas que no encajan mucho en ninguna enfermedad conocida. La madre generalmente es muy colaboradora en el escenario del hospital y a menudo, es muy apreciada por el personal de enfermería por el cuidado que le prodiga a su hijo. Sólo busca notoriedad.
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