El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en las mujeres, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo.
Se estima que una de cada 8 mujeres desarrollará un cáncer de mama a lo largo de su vida.
La supervivencia por cáncer de mama ha mejorado notablemente en los últimos 20 años. Las posibilidades de curación pueden ser del 100% si se detecta en su etapa inicial, siendo clave para luchar contra esta enfermedad el diagnóstico precoz.
Participar en los programas de cribado mediante mamografías y conocer los primeros signos y síntomas para facilitar el diagnóstico y el tratamiento temprano, pueden marcar la diferencia entre un mal pronóstico y la supervivencia.
Señales de alerta:
- Cambios en el pezón: retracción (hundimiento), herida persistente, secreciones sanguinolentas o lechosas.
- Aparición de un bulto palpable en la mama o en la axila, una masa dura y densa, inmóvil al palparlo.
- Dolor en la mama, puede no ser un síntoma, pero siempre debe comunicarse al médico.
- Cambio de tamaño o de la forma de alguna de las mamas.
- Menor movilidad de una de las mamas al levantar los brazos.
- Alteraciones en la textura de la piel de la mama (piel de naranja, piel inflamada, descamada, enrojecida, con grietas y con más temperatura local).
Otros síntomas, como el cansancio o el dolor óseo localizado, pueden aparecer en las fases más avanzadas de la enfermedad.
Tener uno o más de estos síntomas no significa necesariamente que sea cáncer, ya que estos, también pueden aparecer asociados a enfermedades benignas.
Lo recomendable en estos casos es consultar al médico.
Factores de riesgo asociados a un cáncer de mama
Hay circunstancias que aumentan el riesgo de padecer un cáncer de mama. Según se van cumpliendo años, aumenta el riesgo, aunque el 10% de los tumores se diagnostican en mujeres menores de 40 años, la máxima incidencia está por encima de los 50.
Los antecedentes familiares de cáncer de mama, especialmente de la madre, hermana o hija, multiplican el riesgo por dos o tres. Algunas mutaciones, sobre todo en los genes BRCA1 y BRCA2, se asocian a un riesgo muy elevado de ese tipo de cáncer.
Los factores reproductivos asociados a una exposición prolongada a estrógenos endógenos, como una menarquia precoz (primera menstruación antes de los 12 años), una menopausia tardía (última regla después de los 55 años) y una edad madura para el primer parto (después de los 30 años), figuran entre los factores de riesgo más importantes del cáncer de mama.
Las hormonas exógenas también conllevan un mayor riesgo de cáncer de mama, por lo que las usuarias de terapias hormonales sustitutivas después de la menopausia, tienen mayor riesgo.
La nuliparidad (no haber estado embarazada nunca) también se relaciona con un riesgo mayor.
La exposición a radiaciones ionizantes, sobre todo durante la pubertad, aumentan el riesgo.
Una alta densidad mamaria también se vincula con mayor riesgo de cáncer de mama.
Una alta densidad mamaria también se vincula con mayor riesgo de cáncer de mama.
Por último, la obesidad y el consumo abusivo de alcohol también están considerados como factores de riesgo que facilitan la aparición de este cáncer.
Tratamiento
Como ocurre en la mayoría de los tumores, el tratamiento es multidisciplinar.
Cada paciente debe ser estudiado por un equipo de especialistas que decidirá la terapia que se debe seguir dependiendo del tamaño y propagación del tumor en el organismo.
Cada paciente debe ser estudiado por un equipo de especialistas que decidirá la terapia que se debe seguir dependiendo del tamaño y propagación del tumor en el organismo.
La cirugía, la radioterapia, la quimioterapia o el tratamiento hormonal son las armas utilizadas para vencer a este cáncer.
Paciente recibiendo Tratamiento de Quimioterapia
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