La Fiebre Q es una zoonosis producida por la Rickettsia Coxiella Burnetii, que es una bacteria transmitida al humano a través de los aerosoles generados a partir de productos del parto de las vacas, las ovejas y las cabras (se localiza principalmente en el útero y en las glándulas mamarias de estos animales y en ellos la infección se activa durante la gestación, de modo que en la placenta se encuentran altas concentraciones del microorganismo), también las aves y las garrapatas.
Es capaz de formar esporas, lo que le permite sobrevivir mucho tiempo en ambientes adversos (suelo), esto, unido a su alta contagiosidad, la convierten en una potencial arma de bioterrorismo (aerosoles y leche contaminada).
Las personas que realizan actividades con un contacto directo con animales, como ganaderos, matarifes y veterinarios, están expuestos a un mayor riesgo de contagio.
Es más frecuente en adultos que en niños, y más en hombres que en mujeres. La enfermedad está presente en prácticamente todo el mundo.
Puede adoptar dos formas, una aguda y otra crónica
AGUDA (Periodo de incubación de 5 a 30 días).
Síntomas:
- Fiebre
- Cefalea intensa
- Astenia
- Escalofríos
- Sudor profuso
- Dolor torácico
- Mialgias
- Náuseas
- Vómitos
- Diarrea
- Hepatitis (en la mayoría de casos)
- Neumonía
Otras manifestaciones menos frecuentes son:
- Erupciones cutáneas
- Pericarditis
- Endocarditis
- Tromboflebitis
- Orquitis
- Anemia hemolítica
- Síndrome hemolítico-urémico
- Pancreatitis
- Paniculitis mesentérica
- Rotura espontánea del bazo
- Neuritis óptica
- Síndrome de Guillain-Barré
- Secreción inapropiada de hormona antidiurética (ADH)
- En gestantes puede ocasionar abortos o partos prematuros
CRÓNICA:
Es poco frecuente y, la mayoría de las veces, consiste en una endocarditis (casi siempre de la válvula aórtica).
Suele ocurrir en pacientes con valvulopatías, insuficiencia renal u otras inmunodeficiencias preexistentes. Habitualmente se presenta con cuadros prolongados de astenia y febrícula.
Suele ocurrir en pacientes con valvulopatías, insuficiencia renal u otras inmunodeficiencias preexistentes. Habitualmente se presenta con cuadros prolongados de astenia y febrícula.
Coxiella burnetii puede aislarse a partir de extensiones de sangre o de muestras de tejidos (alto riesgo de contagio).
Técnicas moleculares, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
La serología continúa siendo el procedimiento diagnóstico más empleado.
El tratamiento de elección es la antibioterapia con doxiciclina (100 mg cada 12 horas durante 14 días para la fase aguda).
En mujeres gestantes se recomienda administrar trimetoprim-sulfametoxazol a dosis de 160-800 mg cada 12 horas durante todo el embarazo.
La forma crónica debe tratarse con al menos dos antibióticos, doxiciclina 100 mg cada 12 horas, más rifampicina 300 mg al día, o bien, doxiciclina 100 mg cada 12 horas, más hidroxicloroquina 600 mg al día durante al menos 3 años.
La cirugía de sustitución valvular es necesaria en muchos casos de endocarditis.
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