Cáncer Infantil

El cáncer infantil o pediátrico es el cáncer que afecta a niños y adolescentes. 

Un diagnóstico de cáncer es perturbador a cualquier edad, pero especialmente cuando el paciente es un niño.



A pesar de ser una enfermedad rara, el cáncer infantil representa la primera causa de muerte por enfermedad en niños y adolescentes en muchos países del mundo.

Cada año más de 250.000 niños en el mundo son diagnosticados de cáncer, de los cuales unos 90.000 mueren debido a esta enfermedad.

La mayoría de los niños con cáncer viven en países con recursos sanitarios limitados, en estas zonas los porcentajes de supervivencia son tan sólo del 10-20% cifra que contrasta, con las tasas de supervivencia de los países desarrollados que están en torno al 80-90%.

El cáncer puede considerarse como una enfermedad genética que se desarrolla a partir de alteraciones del ADN que provocan la transformación de una célula normal en tumoral (crecimiento descontrolado). Cuando el cáncer afecta a un niño o a un adolescente lo hace de forma distinta a como lo hace en un adulto. En los adultos, estas mutaciones genéticas reflejan los efectos acumulados del envejecimiento y de la exposición a agentes que pueden causarlo, mientras que las causas de la mayoría de los cánceres pediátricos son todavía desconocidas. El comportamiento biológico también es diferente en niños y adultos, incluso en tumores con histología similar o niños de distintas edades.

El tipo de cáncer más frecuente en los niños de 0 a 14 años es la leucemia, especialmente la leucemia linfoblástica aguda (LLA), seguida por los tumores cerebrales, los tumores del Sistema Nervioso Central, y los linfomas.

Existen diversos tratamientos para curar el cáncer, los más frecuentes son: 

  • Cirugía
  • Quimioterapia
  • Radioterapia
  • Inmunoterapia 
  • Terapia dirigida
  • Terapia hormonal
  • Trasplante de células madre

La elección de uno/s u otro/s obedece al tipo de cáncer y a lo avanzado que esté.

Los tratamientos oncológicos pueden causar en los supervivientes efectos tardíos (efectos secundarios a largo plazo), estos pueden ser físicos o emocionales y dependerán del tipo de tratamiento y de la edad del niño cuando lo recibió.

El cáncer infantil no puede ser prevenido, la lucha reside en la prontitud del diagnóstico y el tratamiento.


¿Cuándo sospechar un tumor en edades infantiles?

Cáncer en niños y adolescentes


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