El vitíligo es un trastorno de la piel caracterizado por la presencia de manchas blancas en distintas partes del cuerpo.
Esta enfermedad se debe a la desaparición de los melanocitos, que son las células encargadas de producir la melanina, pigmento natural que determina el color de nuestra piel, cabello y ojos.
No es una enfermedad contagiosa.
Afecta al 1% de la población mundial no siendo, por tanto, una enfermedad de las consideradas raras.
Aunque puede presentarse a cualquier edad, suele hacerlo durante la infancia y en la temprana edad adulta (entre los 20 y los 30 años), afecta por igual a hombres y a mujeres sin distinción de origen étnico.
Las primeras lesiones suelen aparecer en manos, antebrazos, pies y cara. La piel afectada es más sensible a las quemaduras solares.
La despigmentación no produce ningún dolor, lo que más afecta a estos pacientes son los cambios que se producen en su apariencia, cambios que son difíciles de disimular, pues afectan a zonas muy visibles, la mayoría de los pacientes con vitíligo padecen problemas psicológicos.
El vitíligo es una enfermedad que se ve pero no se siente.
No se conoce con exactitud qué causa la pérdida de melanocitos, se manejan varias hipótesis patogénicas;
- Enfermedad de origen autoinmune.
- Situaciones como el estrés o los traumatismos pueden precipitar su aparición.
- Asociado a otro tipo de enfermedades como la diabetes mellitus, la anemia perniciosa, la enfermedad de Addison o enfermedades tiroideas.
- Factores genéticos, se ha demostrado que los genes FBXO11 (2p16.3) y NLRP1 (17p13) tienen una clara relación con la enfermedad.
DIAGNÓSTICO:
En la mayoría de los casos, el diagnóstico se establece mediante el examen clínico de la piel del paciente, que puede facilitarse, en personas con piel clara, usando la lámpara de Wood.
Si existen dudas sobre el diagnóstico, debe realizarse una biopsia cutánea para comprobar la ausencia de melanocitos.
Para descartar la presencia de otras patologías asociadas al vitíligo, es aconsejable efectuar una analítica de sangre con determinación de hormonas tiroideas o de vitamina B12.
No existe tratamiento curativo para el vitíligo.
Las opciones más empleadas son;
- Fototerapia con rayos UV-B, para estimular la pigmentación de la piel.
- El uso de productos cosméticos (maquillajes encubridores o tintes) para camuflar las lesiones de vitíligo, lo cual aumenta significativamente la calidad de vida de los pacientes.
- Tacrolimus tópico, medicamento capaz de incrementar la actividad de la tirosinasa del melanocito.
- Kelina, aplicación tópica junto a la exposición ultravioleta.
- PUVA (Psoralenos + rayos UVA), este tratamiento se conoce como fotoquimioterapia y consiste en la administración de un fármaco por vía oral (psoraleno) más la exposición a rayos UVA, logra repigmentaciones hasta en un 40-50% de los casos.
- Protectores solares, que además de proteger la piel enferma, limitan el bronceado de la piel sana haciendo menos notoria la afección.
- Corticoides tópicos.
- Otros medicamentos con los que se han obtenido buenos resultados son el calcipotriol por vía tópica, que es un fármaco usado para tratar la psoriasis y los inhibidores tópicos de la calcineurina.
Otros:
Tratamiento quirúrgico, mediante la utilización de injertos de piel autóloga o cultivos selectivos de melanocitos.
- Cuando la mayor parte del cuerpo resulta afectada, de manera que el problema estético lo constituyen las zonas de piel pigmentada que quedan, el tratamiento puede consistir en la despigmentación de la piel sana, caso extremo que se utiliza como último recurso, ya que es importante recordar que la piel despigmentada tiene más riesgo de dañarse con el sol.
PRONÓSTICO:
El vitíligo es una enfermedad imprevisible, algunas áreas pueden repigmentarse, pero es probable que aparezcan nuevas decoloraciones en otras partes del cuerpo. La piel que se vuelve a pigmentar puede ser ligeramente más clara o más oscura que la piel circundante. Los pacientes de peor pronóstico son aquellos en los que el vitíligo es más extenso y en los que lleva más años de evolución.
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